El 29 de Julio, once líderes religiosos, cristianos y judios, ingresaron a la rotonda del Capitolio Americano, y bajo el fresco de la Apoteosis de George Washington, donde se le muestra sentado en los cielos rodeado de 13 doncellas (cada una de ellas representando a uno de los estados de la Union de ése entonces), se tomaron de las manos y oraban, finalizando sus peticiones con sonoros "Amén", para rogar a Dios que impida que "el balance del presupuesto Americano se haga a costa de las espaldas de los pobres".
Todos ellos fueron arrestados por ejecutar su protesta en el edificio del Capitolio. El Reverendo Michael Livingston declararó en un escrito: que "nuestros oficiales elegidos se encuentran protegiendo corporaciones y millonarios mientras que destrozan la red de seguridad de millones de la gente más vulnerable dentro del pais y en el extranjero. Nuestra fe no nos permite que observemos pasivamente como se desarrolla ésta transformación...Hoy dia, ofrecemos nuestros cuerpos como un sacrificio viviente". Livingston fué Presidente del Consejo Nacional de Iglesias.
Otros en la protesta fueron: Jim Winkler, Secretario General de la Iglesia Metodista Unida, el Rabi Arthur Waskow, del Centro Shalom en Philadelphia; y la Reverendo Jennifer Butler, dirigente de Fe en la Vida Publica.
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