Si, anteriormente a la ley, el FBI hubiera puesto micrófonos en los teléfonos de algún ciudadano, inmediatamente se habría podido iniciar un juicio contra la agencia federal. Cuando se firmó la ley, seis semanas después del ataque, fué más fácil el poner micrófonos en cualquier teléfono de quien se sospechara de terrorismo, poder tener acceso a documentos de negocios sin notificación, y ejecutar incursiones de registro en locales privados sin previo aviso. Los privilegios, hasta ése momento reservados para la inteligencia actuando en el extranjero, se podría ya poner en práctica dentro de casa y se extendió a investigaciones domésticas y criminales.
El Patriot Act, fué en su origen una idea Republicana, pero hubiera muerto sin nacer si los Demócratas no hubieran ayudado.
En lo que va de vida, el Patriot Act ha sido usada 1,618 veces en casos de tráfico de drogas, 122 veces en casos de fraude y 15 veces en casos de terrorismo.
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