La iglesia se ha encontrado hace muchos
años en una batalla contra la legalización del matrimonio homosexual. Durante el
2008 y siguientes años, invirtió millones de dólares y horas-tiempo de miles de
sus miembros, quienes viajaron desde Utah a diversos hogares de California para
establecer centros de indoctrinamiento contra la Propuesta Ocho. A pesar del
dinero y de los miles de fieles mormones que trataron de predicar contra la
propuesta, ésta fracasó.
Antes de haberse decretado la ley que castiga
con excomunión a cualquier mormón que se encuentre en un matrimonio homosexual,
la iglesia mantuvo una hipócrita actitud amigable hacia los homosexuales,
promoviendo inclusive una páginaweb: mormonsandgays.org . A comienzos de éste
año, la iglesia ayudó a pasar la ley en Utah, que terminaba con la discriminación
contra los homosexuales, aunque guardaba algunas excepciones para grupos
religiosos. Inclusive, Elder Dallin H.
Oaks, quien antes de ser llamado apóstol se esperaba sea Juez de la Corte
Suprema de Utah, dijo: “Kim Davis no
puede usar su fe Cristiana como una justificación para rehusarse a entregar
licencias de matrimonio a las parejas homosexuales. Los oficiales públicos no
pueden aplicar sus convicciones personales –religiosas ó de cualquier tipo- en
lugar de las responsabilidades definidas en sus oficinas públicas”.
El poner la condición de apóstata a quien
decida mostrar su amor públicamente y entrar en un convenio de matrimonio, es
una decision demasiada drástica tomada por los “profetas, videntes y reveladores”.
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