martes, febrero 04, 2014

Collin (II)


No hubo necesidad que Roberto, el hermano mayor de Collin me volviera a llamar para una segunda reunion con su hermano. Collin empezó a llamarme directamente, a mi celular, aunque más que llamar enviaba textos.

“Buenos dias”, siempre iniciaba en sus textos. “¿Ocupado?”, y aunque estuviera ocupado siempre le contestaba que no. Siempre tengo minutos libres para Collin. Entonces me volvía a poner que quería conversar conmigo, si podia recogerlo en su departamento durante mi hora de almuerzo. Mi trabajo queda cerca de donde él vive, nunca le dije que tenía demasiado trabajo. Cuando Collin llama, cualquier trabajo importante puede esperar. Siempre voy a recogerlo inmediatamente y los documentos siguen acumulándose sobre mi escritorio.

En los moteles de los alrededores siempre se podia conseguir una habitación donde pudiéramos pasar algunos minutos de conversación piel a piel, tibieza con tibieza, pies con pies, cabeza con cabeza, ó invertidos como resulta nos gusta a los dos . Siempre decimos que el 69 es nuestro número de suerte. Luego de terminar nuestro tiempo de “almuerzo” Collin se lleva la tarjeta electronica de la puerta de la habitación y me vuelve a esperar en ella luego que termino. Nuestra rutina, y la rutina da vida, según mi entender, nos lleva a encontrarnos nuevamente y se repiten las caricias y las acrobacias de parte de Collin, que parece más un artista del Cirque du Soleil, por tantas piruetas que le gusta hacer. Cuando terminamos de sudar, salimos a comer y nos despedimos hasta que vuelva a recibir su texto “Buenos dias”.

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