jueves, diciembre 09, 2010

Nuevo


Es el inicio del nuevo ciclo y entro a clase con el grupo. En medio de todas las miradas, algunas conocidas y otras nuevas, veo unos ojos caramelo, grandes, de pestañas largas y rizadas, que siguen con atención mis movimientos. El rostro joven, con barba de 2 dias, y pequeños lugares disparejos, todavía no le crece de manera abundante, no debe tener 20 años, es un adolescente, de labios medianos, carnosos, rostro ovalado y facciones finas. La clase se ilumina con su sonrisa, y él lo ignora. El cuello largo, esbelto, le da una cierta elegancia y clase. Apoya su cabeza sobre el puño. Su codo lo mantiene sobre la carpeta.
La clase se va desarrollando, el tema es interesante: Aparato Reproductor Masculino. Las preguntas son abundantes. Se trata de eliminar mitos falsos y reafirmar los verdaderos. En ocasiones lo veo sonrojar, como si lo que se acaba de decir lo abochornara. En momentos participa, da su opinion, mantiene sus razones, es concreto, directo, no va con rodeos. Sabe lo que quiere, una virtud (ó defecto?) poco común a su edad.
Me aborda al término de la clase. Se presenta como amigo de un alumno anterior, ya graduado. Me dice que me conoce desde antes por los comentarios de su amigo, que había creado expectativas sobre mi y no las había defraudado. Me pide si puede acercarse cada vez que tenga preguntas y necesite de ayuda. Me extraña lo que me dice y más me extraña su familiaridad. Usualmente causo temor a los nuevos. Sin embargo, me siento internamente contento por la amistad que éste muchacho ofrece. Me gusta sentirme dentro de su circulo de amigos. Me halaga. Me pide mi email. He buscado mensajes suyos durante el fin de semana...Todavía nada.

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