jueves, diciembre 23, 2010

Navidad


No hay espíritu de navidad sin dar. Trato de ofrecer no regalos que signifiquen gasto de dinero (no hay dinero para ejecutar gastos) sino de entrega, de servicio, de tiempo, de talento. Espero que quienes reciban los "regalos" los puedan interpretar bien y no se descorazonen si el espíritu materialista los ha atrapado ya. Yo mismo me considero materialista, considero mucho el dinero y las comodidades en casa y fuera de casa. Ya algunos amigos me conocían como sibarita, entonces ¿cómo puedo criticar a quien se deja atrapar por el espíritu materialista?
Mi madre me ha llamado no hace mucho para preguntarme sobre la marca de un pavo, si la conozco (sí, la conozco. Hace un tiempo horneé un pavo de ésa marca y el resultado fué espectacular!), le recomiendo que lo compre y que siga las instrucciones detalladas que se encuentran en internet. Tiene otras ideas para llenar la mesa familiar. Mañana va a salir con mi hermano al mercado central a comprar el cerdo y las otras cosas que se puedan necesitar. Yo no hé dicho que es lo que voy a llevar, pero tengo en mente bocaditos y bebidas; cosas chicas, saladas y dulces, de las que uno come para pasar el tiempo mientras conversa y espera la hora de sentarse a la mesa. Navidad siempre ha significado una larga comida que se inicia la tarde del 24 y se prolonga hasta el 25 en la noche cuando ya cansados nos vamos a nuestras casas, dejando atrás las montañas de papel de regalo y cintas que van a la basura. Nos regocijamos en nuestras fotos, y las vemos una y otra vez, como los niños se van convirtiendo en jóvenes, y los mayores vamos apareciendo arrugas. Veremos cómo salen las fotos éste año.
Para todos, una Feliz Navidad! y que el Nuevo Año venga pródigo

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