jueves, junio 11, 2009

Holocausto

El ascensor de carga me lleva al cuarto piso junto con un grupo de gente nerviosa. Leo el pasaporte que me han entregado en la entrada. El nombre es el de un joven panadero aleman, homosexual. Se abren las puertas y me reciben una media docena de trajes a rayas gruesas, como pijamas, colgados en el aire como una de esas esculturas móviles de Calder. En los televisores veo y oigo a Hitler hablar desde uno de los balcones de la Cancillería alemana. Su discurso mueve al pueblo. Voy caminando entre televisores, fotografias, posters, pancartas y veo como la intolerancia va apoderándose del pueblo germano. Los judios pasan a ser enemigos, tanto como los homosexuales, los gitanos y los Testigos de Jehova. La ciencia del momento trata de probar la supremacía aria y demostrar cómo se puede identificar a un judio por el tamaño y forma de nariz, el color de la piel, la implantación del pelo, etc. Pamplinas! pero en ésa época, esos conceptos se disfrazaban como ciencia de vanguardia. La intolerancia crece, los ataques aislados aparecen, a negocios, casas particulares, clubes sociales, lugares de reunion, sinagogas. Poco a poco fué creciendo la enemistad. Se envenenó los conceptos y las ideas de la gente. Paso la página, leo, el dueño del pasaporte que tengo huye de la ciudad para evitar ser víctima. Bajo al tercer piso.
Los jóvenes usan la esvástica en el brazo con orgullo, los judios son obligados a vivir en ghetos, se controlan las salidas y las entradas, no pueden pasear libremente por la ciudad, deben marcarse en la ropa con una estrella amarilla, se confiscan propiedades. La Guerra Mundial estalla. Se invaden territorios y se intenta liberar a Europa del azote, de la plaga en la que se han convertido judios, homosexuales, gitanos y Testigos de Jehova. Paso a la siguiente página, leo, el dueño del pasaporte que tengo en mis manos es apresado. Bajo al segundo piso.
Los campos de concentración aparecen en varios paises. Mi amigo, el dueño del pasaporte es capturado y enviado a uno de ellos. El transporte en vagones de carga, sin ventanillas, sin espacio para sentarse, todos amontonados. Las camaras de gas, los crematorios, los experimentos con seres humanos, el trabajo fuerte y sin descanso, la mala alimentación, las enfermedades. Todo es descrito en detalle. Voces de fantasmas vivientes que relatan sus experiencias, filmaciones de hechos reales, sin efectos especiales, todos verdaderos, crueles, sádicos. Fotografias que estremecen, puertas de fierro, letreros, ladrillos, muros, tablas, nuevamente las pijamas rayadas que eran usadas por los prisioneros dentro de los campos de concentración, son extraños recuerdos de algo que debiéramos olvidar, pero queremos recordar para que no vuelva a ocurrir. Tomo el pasaporte con nerviosismo, pensando en lo que puede haberle sucedido al dueño. Leo. Murió en el campo de concentración. Bajo al primer piso.
Los rusos van avanzando. Los ingleses ofrecen resistencia. Los americanos desembarcan en Europa. Hay seis millones de víctimas provenientes de ghetos y campos de concentración. Las paredes de la exhibición están llenas de un collage de lápidas escritas en hebreo. Mi corazon se parte, entre ellas debe haber alguna escrita en aleman con el nombre de mi amigo, el dueño del pasaporte. Entro a la capilla, enciendo una vela, me siento en actitud contemplativa y pienso que algo asi no debe volver a ocurrir, jamás!

Sin embargo, hace sólo dos dias, un hombre de 88 años, creyente en la supremacía aria, ingresó al museo y disparó contra los vigilantes. Uno fué muerto, otro gravemente herido. No hubo heridos entre los turistas que estaban colmando las instalaciones. La intolerancia vuelve a mostrar sus garras.

Los Palestinos viven en ghetos, con control para entrar y salir, hacinados, incómodos, en plena Tierra Santa! Las víctimas de la estrella amarilla son ahora los nuevos victimarios.

3 comentarios:

Malacay dijo...

Pueblos son memoria o o con memorias fragmentadas que horror!

palestina Libre!!!

TitoCarlos dijo...

Y mucho ojo; tu último comentario puede ser considerado como el de un antisemita.
Parece que se estuvieran vengando y lo que hacen es repetir la historia.
Hitler se consideraba ario, la auténtica raza humana, y hay muchos judíos que se apoyan en que son el pueblo elegido por Dios.
Los musulmanes creen ser, también, poseedores de la verdad, y con estos principios es difícil el entendimiento.
La solución va a pasos tan lentos...

Un abrazo,

Damian dijo...

tener en cuenta el pasado para no cometer errores en el futuro.