lunes, julio 30, 2012

Locker

Salía de la sauna luego de haber sudado por dos horas y al pasar por tu camerino te vi, las cortinas estaban a medio cerrar. Me llamó la atención tu cuerpo perfecto, juvenil, de musculos delineados, finos, sin ser macizos, sin grasa. Tu pelo ondulado caía sobre tu rostro que estaba  agachado, mirando tus zapatos que te los desatabas. Llego a mi camerino, la imagen que tengo en la mente, tu cuerpo bonito, sin rostro, no me deja tranquilo. Hago lo que no se debe hacer. Regreso a tu camerino.

La cortina sigue entreabierta, ingreso. No te inmutas, me miras. Veo tu rostro de angel, tus ojos claros, has dejado de ser niño ayer. "Siempre vienes?" te pregunto. "De vez en cuando", respondes, "cuando estoy tenso", añades. "te acompaño?" pregunto, tentando la suerte, "si gustas", retrucas, sin mucho entusiasmo. Te veo quitar los pantalones y el calzoncillo. Tus genitales lucen extraordinariamente bellos para tu corta edad. Tu escroto cuelga, delicadamente, de mediano tamaño, mas bien grande diría; tu pene grueso, con un glande grande que flácido llega aún más bajo que tu escroto. Me quedo mirándote fijamente. No haces comentarios, no te incomodas.

Conversamos mientras sudamos en medio del vapor. Me entero que tienes 19 años (me estás diciendo la verdad?) que te estas preparando para empezar la universidad, que hace poco has llegado a vivir a la ciudad, con tu madre, que es la segunda vez que vienes al sauna, que extrañas a tus amigos. Te digo que puedes empezar a hacer nuevos amigos. Me ofrezco a enseñarte la ciudad. "¿Quieres salir?", te pregunto. "Donde quieras", me contestas.

Caminamos, casi no hablamos, caminamos. Veo un hostal a media cuadra. "Quieres ir al hostal?", te pregunto. "Si", me respondes, sin duda, sin vacilación, sin temor. De repente me asusta tu juventud y tengo dudas de tu estado mental. Tonteras mías, siempre veo el apocalipsis cuando debo ser feliz. Sigo caminando, entro al hostal, te pido que me esperes fuera. Hablo con la recepcionista, pago el cuarto, regreso a la calle y espero no encontrarte, espero que te hayas ido, que todo haya sido una broma pesada que me has hecho. No, te veo alli, esperando. Sonries al verme. Por primera vez te veo sonreir.

Entramos al cuarto y sin decir una palabra empiezas a desvestirte. Yo hago lo mismo, lo hago más lento, a propósito, esperando que me digas algo, que me apure. No dices nada, me vuelves a sonreir. Pronto te veo completamente desnudo y vuelve a gustarme ése prepucio tuyo que deja al descubierto la punta de tu glande. Me sonríes por tercera vez y me dices "un rato, voy al baño". Ya estoy completamente desnudo, y me recuesto sobre la cama, escucho el chorro de tu orina caer sobre el toilet, fuerte, como un rio. Me sorprende la fuerza de tu chorro. Me entusiasmo con fantasias que llenan mi mente en unos segundos y lo que serán los próximos minutos cuando tu cuerpo desnudo junto al mio sumen calores en medio de éste verano.

No hay comentarios.: