Robi

Robi tiene 18 años y junto con sus padres asiste a la iglesia más conservadora en los Estados Unidos. Sus padres creen que la alteración del eje de rotación de la tierra causado por el terremoto de Japon, y anteriormente por el de Concepción, Chile, va a devolver a la tierra su "gloria paradisíaca" para un nuevo reino que durará mil años y en el que solamente las personas buenas como ellos podrán vivir.

Buenos, es una manera de decir. El padre miente todos los dias y estafa a gente quitándoles su dinero y realmente despojándolos sin corazón. La madre se siente bendecida por el dinero que recibe de éste Robin Hood bizarro que despoja a los pobres en la maraña que construye diaramente con sus mentiras. Los dos hablan del amor de Dios hacia los hombres, y del dinero en sus bolsillos como señal de ser elegidos y tener mayores posibilidades de vivir en ésa tierra vertical, con primavera eterna, donde la castidad se practique tanto como se predica.

Robi ha aprendido a mentir, ha tenido toda la vida buenos maestros. En éstas vacaciones de primavera ha ido, junto con otros compañeros de clase a Nueva Orleans a ayudar a construir casas para las víctimas de Katrina (han pasado tantos años y seguimos hablando de Katrina. Nos hemos olvidado de las víctimas del derrame de petróleo de la BP). La verdad, es que a ido a Nueva Orleans a disfrutar del Mardi Grass. A llenarse de collares de plástico que pueda dar a cambio para poder ver gente desnuda, hombres y mujeres; y él desnudarse en la calle también. Ha ido a Nueva Orleans para poder tocar, apretar, palpar, morder, lamer, sudar, exclamar, jadear, mamar, pellizcar, acariciar, penetrar. Llega éste fin de semana, a celebrar su cumpleaños y hablar de su castidad, a ser ejemplo a los otros muchachos de su iglesia, donde creen a pie juntillas que a pesar de su dinero no forma parte de los Britney Spears, Lindsey Lohan ó Charlie Sheens. God bless America!