Si se trata de iniciar todo de nuevo, ¿porqué no aprovechar el momento y cambiar no solamente en lo exterior sino en donde es importante, el interior?
Reconozco el tener mucho orgullo. A lo largo de mi vida el orgullo me ha llevado de la mano por sendas que no he querido transitar, pero he callado, he soportado, he fingido, simplemente por orgullo. He creado una muralla impenetrable. Bajo el puente y permito el cruzar a un grupo seleccionado, y cuando no estoy de humor, ni a ellos. Puedo reconocerme medianamente feliz, medianamente satisfecho; sin embargo (y lo pongo no como algo certero, sino en tela de juicio, simplemente para mantener mi salud mental) es probable que mi orgullo haya echado por la borda mi verdadera felicidad.
Reconozco lo difícil que es vivir al lado de alguien como quien describo. La solución es el cambio, cambio que no había considerado como posibilidad sino hasta ahora. A veces las crisis nos doblegan al punto de derrumbar nuestro orgullo. Conservaré algunos ladrillos? Espero que no, pero a veces yo me sorprendo a mi mismo! Estoy tan lleno de contradicciones!
lunes, marzo 16, 2009
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4 comentarios:
Quizá no es malo el orgullo; sino de qué estás orgulloso y cómo.
Estás orgulloso de lo que has hecho, pero hiere tu orgullo la crítica, la indiferencia o que se te supere; eso es malo y puede que tenga otro nombre y te lleve a otros estados emocionales como el odio o los celos.
En cuanto al cambio, uno lo hace para mejorar, pero a veces pasas de ser el mas rico de los pobres a ser el más pobre de los ricos. Con orgullo insano o con miedo al cambio, se pasa mal.
Un saludo,
yo tambien soy orgulloso y a quien no le guste q se aguante.
Bueno, llegó la hora de los cambios, y ojalá no dejes ni un ladrillo. Tiralos a todos.
BESOS
Gracias por los comentarios. Que bueno que en el tema no soy el unico versado. Gracias amigos!
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