Volverte a ver

Durante varios meses esperaba de manera impaciente tus llamadas telefonicas, ó tus mensajes en el celular, ó tus envios por email. De alguna manera estreché mi vida sentimental y dejar que mi mundo girara a tu alrededor, al punto de convertirme en un ser patético.

Sabía, concientemente, en mi lado brillante y lleno de sol, que el dejarte partir había sido un sacrificio de amor en busca de tu crecimiento. Nuestra diferencia de edades siempre sería un obstáculo. Te doblo la edad!, y un poco mas. Sin embargo, el disfrute permanente de nuestra cercanía era extraordinario. Fué mi mente, mis habitos esclavizantes, mi vivir dentro de los límites, el no atreverme, mi temor al qué diran, lo que me hizo desistir y entregarte. Mi lado obscuro me pedía satisfacer mi ego no importa el sacrificio de tu vida.

Me llamaste anunciando tu visita. Mi corazon dió un vuelco de alegria al escucharte tocar la puerta (Te pedí la llave, lo recuerdas?... Tu llave). Tu belleza iluminó la casa. Tu rostro, perfecto. Tus rizos, con el largo que me gusta. Tu cuerpo, cincelado por escultor y con la dulce firmeza de siempre. Tus dientes, perlas parejas. El halo de felicidad que te rodea...Me sentí feliz al verte y sntirte feliz. Pienso que hice bien en dejarte partir, en ser testigo de tu progreso.

No hubo torpes palabras ni mucho menos ademanes ó actitudes. Todo continuó como si fuera ayer la última vez que nos vimos. Te abracé y te besé en la mejilla. Nos sentamos en el sofa y tuve tus manos entre las mias. Tus rizos sobre mis muslos. Tu respiración y tu palpitar en la palma de mi mano. Nuevamente estábamos solos y de alguna manera nos pertenecíamos. Nos pertenecemos. Nos perteneceremos. A pesar de las zigzagueantes curvas que la vida nos ofrece en sus ascensos y descensos cual montaña rusa.

Conservamos la ecuanimidad y disfrutamos del momento. Agradezco a la vida por tu presencia permanente en mi.