El Vaticano ha acusado a las monjas católicas de "promover el feminismo radical, incompatible con la fe católica, y por cuestionar la posición de la iglesia sobre la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo género".
Se las ha criticado por enfocarse demasiado en los pobres y en la justicia económica y por no declararse en contra del aborto y el matrimonio homosexual.
El New York Times reporta que un obispo ha sido asignado para asistir a la Conferencia de Mujeres Religiosas y llamar la atención, y traer de vuelta al redil a las religiosas.
Estos comentarios oficiales del Vaticano han tomado por sorpresa a la hermana Simona Campbell, directora ejecutiva de la red de un grupo de justicia social católico. "Me imagino que lo que los ha enfadado es nuestra carta sobre el cuidado de salud. No hemos violentado ninguna enseñanza, simplemente hemos hecho preguntas é interpretado políticas", declaró.
Debido a éste audaz desafío cometido por las religiosas, ellas deberán desde ahora someter a consideración de los líderes católicos cualquier comunicación que ellas quieran hacer pública. Esto es parte de una inquisición lanzada por el Papa en contra de todas las actividades de las religiosas americanas y sus comunidades y quienes las apoyen. Se hace claro que en el liderismo católico no hay lugar para mujeres de pensamiento independiente.
viernes, mayo 11, 2012
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