El dia no amaneció bien y tampoco terminó bien. Un desasosiego acompañó en todo momento. Una intranquilidad matizada de angustia que se hace un nudo en la boca del estomago y que llama al vomito nervioso, que no había sentido en años. Un temblor imperceptible en las piernas que amenaza con traer abajo todo el edificio corporal y estrellarlo contra el piso, victima de un real ataque de terror.
Terror al mañana. Terror al vacio. Terror al hambre. Terror al frio. Terror a la necesidad. Terror a la soledad. Terror al seguir viviendo. Terror a la falta de medios. Terror al hundimiento. La paz ha sido quitada.
Debo seguir en mi esfuerzo diario y conciente de imponerme dosis de optimismo. De reirme de mi mismo, de mis acciones y de lo que me rodea, de sentir que puedo contactar con la paz interior que todavia debe habitar entre los pilares de mi corazon. De poder recuperar las horas de sueño robado que me hacen tener la mente embotada e indolente. Hay que levantar el telon gris que amenaza caer sobre mi vida y repintar el escenario con colores de alegria. Hay que apresurar la primavera interior, personal, y dejar que su aroma traiga la promesa de la renovacion, sin importar lo que ocurra alla afuera.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Hola Peter, gracias por haber pasado por mi blog, gracias por el comentario, volveré pronto.
Saludos te dejo!!!
Oye no sabía lo de facebook en todo caso no tengo nada extraño en esa página sólo cosas simples y sin mayor intimidad.
En cuanto a mi blog no he tenido inspiración creo que estoy un poco fome. Pero pronto retomaré la escritura.
Saludos y un abrazo.
Publicar un comentario