En una reciente carta
abierta, Edward Snowden, quien se encuentra en Rusia, temporalmente, hasta que
una nación le ofrezca asilo permanente, declara:
“Hasta hace poco más
de un mes tenía una familia, una casa en el paraiso, y vivía con gran
comodidad. También tenía la capacidad de leer cualquier comunicación sin
necesidad de orden del juez.
Una seria violación a
la ley, al 4to y 5to artículos de la Constitución en mi pais, al artículo 12 de
la declaración de los Derechos Humanos, y a numerosos tratados y estatutos que
prohiben tal sistema de vigilancia masiva.
Creo en el principio
declarado en Nuremberg en 1945: “Los individuos tienen deberes internacionales
que trascienden las obligaciones de obediencia nacional. Por lo tanto, los
ciudadanos, de manera individual tienen el derecho de violar leyes domésticas
para prevenir que ocurran crímenes contra la paz y la humanidad”.
No busco el
enriquecerme, ni busco vender secretos
de los Estados Unidos. No hé hecho ningún acuerdo con algún gobierno extranjero
para garantizar mi seguridad. En vez de ello, lo que sé lo hé hecho público,
para que pueda ser discutido por todos a la luz del dia, y pedir que el mundo
haga justicia.
La decision moral de
decir al público sobre el espionaje que nos afecta a todos ha tenido un alto
costo, pero era correcto el denunciarlo, y no me arrepiento de haberlo hecho”.
La carta continua con
más detalles.
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