La homosexualidad puede no estar en nuestros genes sino en
un “interruptor” –switch- químico.
Los cambios no-genéticos para la expression genética son
llamados epi-marcadores, que normalmente son borrados entre generaciones, pero,
pueden ser pasados de padre a hijo.
Los investigadores del Instituto Nacional para Sintesis
matemáticas y Biológicas vieron cómo los epi-marcadores pueden afectar la
sensibilidad a la testosterona en el útero, y ésto puede contribuir a la
homosexualidad. Variaciones naturales en el nivel de testosterona durante los
últimos meses de embarazo puede alterar el desarrollo sexual del feto. Los
epi-marcadores sexuales específicos protegen a los fetos femeninos de su
masculinización (en presencia de demasiada testosterona), y los niños son
protegidos de la feminización si hay poca testosterona.
Nathan Bailey, evolucionista de la Universidad de San
Andrews en Escocia, dice que “el estudio provee un interesante mecanismo para
el mantenimiento evolucionario de la homosexualidad humana”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario