martes, febrero 23, 2010

Hasta luego

Son las 7:30 de la mañana y me despierta el teléfono. Al otro lado, la voz de mi madre llorosa. Le pregunto como pasó la noche, me dice que bien; luego, entre sollozos entrecortados me cuenta que la abuela no ha comido nada ayer, que se esta poniendo muy blanca y muy fria. Le digo que llame a la enfermera, que evalúe los signos vitales...

Me desperezo, me estiro, me levanto

Recibo una segunda llamada, en medio del llanto entiendo que me dice "ha dejado de respirar". No encuentro palabras para consolarla. Simplemente le digo que ahora la abuela ha superado el sufrimiento, que es mejor para todos. Le digo que voy a pasar por ella pronto. Al colgar llamo a mi hermano, le cuento lo ocurrido é inmediatamente me dice "voy inmediatamente a ver a mamá, a recogerla y a ser de apoyo". Le explico que ella ya llegó al estado de resignación y que realmente la partida de la abuela no deja dolor, mas bien contentamiento al saber que ha superado el sufrimiento ocasionado por el cuerpo anciano, el cancer, la diabetes y un cerebro que funciona perfectamente encajonado con miles de limitaciones. Al colgar llamo a mi hermana, que me contesta llorosa y me cuenta lo ultimo que conversó con la abuela ayer. Yo dejé de visitarla hace diez dias. No quería verla en ése estado. Cuelgo.

El networking familiar empieza a funcionar, llamadas de primos, tios, hermanos, todos comunicandonos el pesar y el tácito te veo pronto. Me meto a la ducha, y pienso en mi padre y en las medicinas que tengo que recojer para él. Ya están listas hace dos dias y no he podido ir a la farmacia. Pienso que es mejor servir a los vivos que llorar a los muertos. Me cambio, y escojo a propósito no vestirme de negro. No vestiré luto por ti abuela, sé que no te gustaría que lo haga. Eres una mujer de vida y vamos a celebrar la vida doquiera que te encuentres! Me pongo un jean, zapatos sport beige, camisa a cuadros pequeños beige/rojo/negro y una chaqueta de corduroy, chocolate. Voy a la farmacia y a hacer otro par de cosas para mi padre. Es cerca del mediodia, vuelvo a llamar a mi hermano, me avisa que él ya llegó, junto con nuestro hermano menor. Mi hermana ya está alli. El resto de la familia, tios, primos, también. Le digo que en cuarenta minutos estoy con ellos.

Al llegar, observo que mi tio tiene conversación con dos personas muy elegantes, los de la funeraria, vienen a recogerte abuela. Todos me miran y telepáticamente me comunican que debo despedirme de ti. Entro al dormitorio, estas quieta, blanca, serena, hasta sonriente, peinada, en tu cama impecable. Me acerco, te doy un beso y te digo Hasta luego, espérame que ya llego pronto. El tiempo ya no significa nada para ti. Soy el primero de tus nietos y el último en despedirse.



2 comentarios:

Damian dijo...

pucha es un pena, espero este bien

Peter Camenzid dijo...

Es una pena, pero do quiera que se encuentre, esta bien.

Como estas tu?