martes, octubre 25, 2005

Otoño

Los dias grises, frios, lluviosos, pero sin mar, no tienen sabor a nostalgia.

La mirada no se te pierde en el horizonte y tus pensamientos no saltan de gota en gota de lluvia calándote los huesos.

El mar no lame tus arenas haciendo un hoyo justo alli donde tienes los pies sujetando el presente. Tampoco la marea te trae cosas que ya habías arrojado fuera hace tiempo y las creías olvidadas.

Los botes de pescadores no se mecen codo a codo con los motores fuera de borda o los yates que anclados están sujetos a la misma garúa en una oportunidad de igualdad que, sin embargo, destaca sus diferencias.

No hay malecon por el que puedas caminar escuchando el rugido de las olas ó el chillido de las gaviotas, que de alguna manera acunan tus ensoñaciones.

Es un otoño diferente el que tenemos en el norte. El dia es gris, pero los toques de verde, naranja, amarillo, ocre, beige salpican en los arboles que todavía retienen sus hojas. Son los mismos colores que Monet y Manet inmortalizaron.

Es un rugido diferente el que se percibe...es un rugido de motores, apagado por el muro que nos separa de la carretera. No hay visión de horizonte, no hay lejanía en la mirada, solamente el muro, los bloques de cemento simulando ladrillos grises, y los árboles.

La lluvia cae...es un nuevo pensamiento, frio, el que cala los huesos.

2 comentarios:

Emisiones Nocturnas dijo...

una descripción un poco melancólica de lo que se viene en cuanto al clima... pero si es como te sentías.. está bien.

Animos para enfrentar este precioso otoño que se te viene encima... mientras yo disfruto de los colores nuevos y los aromas frescos de esta primavera que llegó para quedarse... por lo menos los 3 próximos meses... jeje...

Saludos y que estés bien...

betulo dijo...

Y yo que lo leo en pleno mes de mayo, mes de la Vigen, las flores, etc. en el hemisferio norte; saboreo la melancolía de esos ocres, y tonos de grana mezclados con verdes, que acompañan el frescor que favorece el "introespectarse" más fácilmente que con los calores que se aproximan que llevan a vivir hacia afuera.