lunes, octubre 21, 2013

Accidente



La vida solo le ofreció tragedias. Su padre lo abandonó cuando tenía un año de edad, y su madre se cansó de él antes que cumpliera los cinco. ¿Era un muchacho atrevido, hiperactivo, difícil de llevar? Pareciera que las características de su personalidad no difieren de las de otros muchachos de su edad. Prácticamente, un muchacho “standard” que inicia su educación primaria bajo la mirada intolerante de la abuela paterna en la ciudad costera de Baltimore.

Su tia, hermana de la madre, lo lleva consigo a Nueva Jersey para hacerlo respirar un poco de libertad. Inicia sus estudios de Middle School y completa la secundaria respirando el aire salino de la playa que es su compañera constante y confidente de sus secretos. Sí, empezó a crecer y su cuerpo a cambiar. Pelo apareció en el pubis, y con él una más intensa atracción hacia sus amigos. Atracción que tuvo desde que se acuerda, y probablemente lo hizo “extraño” a su familia. Los sentimientos internos lo mantenían en un conflicto permenente. ¿Era correcta la manera en que caminaba?, ¿eran apropiadas las palabras que usaba?, el tipo de ropa, ¿era la correcta? No quería que nada pudiera hacer sospechar a otros el secreto que llevaba consigo. Si alguna vez fué irónico, ó agresivo, fué solamente para seguir cubriendo su conflicto interno. Aunque tuvo amigos en la escuela, y se sintió atraído por ellos, nunca fué capaz de establecer una relación amorosa con ellos y declarar su condición de homosexual. Cuando la naturaleza lo hizo aventurar relaciones sexuales, fueron en la calle, con un hombre en algún parque, en alguna sauna (a las que se hizo asiduo), en la última fila de algún cine con alguien solitario que también busca la última fila con propósito. Su vida social fué de muchas maneras peculiar, aislada, solitaria, aunque llena de figuras incógnitas, con nombres probablemente inventados en el momento de calor, tal como él inventaba nuevos nombres en cada encuentro.

Regresó a la casa de la abuela en Baltimore al término de la secundaria. El ofrecimiento del pago de sus estudios fué el factor que decidió su traslado. Se matriculó en un instituto para una carrera corta, no quería arriesgar en una carrera universitaria y de repente no contar con la ayuda económica. En menos de un año terminó los estudios. El secreto se mantenía. Ya había adquirido experiencia en conseguir sus contactos sexuales y Baltimore es una ciudad rica en amigos anónimos. Invitó a su ceremonia de graduación a la tia de Nueva Jersey, ése fin de semana hablaría con ella y le contaría su secreto.

Salía del aeropuerto de Baltimore llevando a su tia, dos primas y su primo de cuatro años sentado en el asiento para niños. Iban al motel donde habían alquilado una habitación para el fin de semana de la familia. Manejaba el auto que la abuela le permitió usar para movilizarse a sus clases. Hay mucho entusiasmo, la conversación es más fuerte y alegre que la canción que el radio toca a todo volumen. Va un poco a más de 65 millas por hora que es la velocidad límite en la autopista. Se acerca a su salida y trata de pasar al carril de al lado cuando por el rabillo del ojo ve un auto que intempestivamente ya se hizo dueño del sitio, vira el timón para no chocar. A ésa velocidad el carro pierde estabilidad y se vuelca dando cuatro vueltas. Logra ver al BMW que le quitó el carril seguir a toda velocidad zigzageando en la autopista.

Cuando se reconecta y logra digerir todo lo que pasó, se encuentra en el hospital, prácticamente ileso. Su tia, muerta. No llevaba el cinturón de seguridad. Sus dos primas, en cuidado intensivo, tampoco llevaban el cinturón de seguridad. El primo de cuatro años se encontraba asegurado a su asiento de niño, pero el asiento no estuvo asegurado al asiento del auto; también muerto.

No asiste a su ceremonia de graduación, el estado le hará juicio por homicidio involuntario, le esperan no menos de 10 años de cárcel. La vida solo le ofreció tragedias.

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