Aproximadamente del tamaño de una moneda de un centavo, y con la forma de un diminuto paracaídas, la turriropsis nutricula, una medusa, aparentemente ha descubierto el secreto de la eterna juventud.
La ahora llamada "medusa inmortal", es capaz de regresar a su estado de pólipo inmaduro en respuesta a condiciones adversas, de manera indefinida. Es el único que puede hacerlo a través de un proceso que se ha dado en llamar transdiferenciación.
También se conoce que las Hydras pueden evitar el envejecimiento, pero no tienen la habilidad única de revertir su ciclo de vida repetidamente, como lo hace la Turritopsis.
Esta longevidad es solamente teórica, ya que la mayoría muere en las fauces de los predadores, ó por enfermedades.
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