Esta confesión
fué hecha durante una cena en favor de los Derechos Humanos en Seattle. Admitió
que ésta es una historia que la conoce toda su familia, y que ocurrió cuando
tenía 15 años y se enfrentaba a los abusivos en la escuela y a los conflictos
internos de vivir en un mundo que tiene expectativas de quién hay que ser.
“Mientras
crecía, siempre me sentía el blanco. Tenía que hablar de la manera correcta,
ponerme de pie de la manera correcta, caminar de la manera correcta, cogerme la
muñeca de la manera correcta. Cada día era una prueba más y habían miles de
oportunidades de perder”, dijo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario