Pasamos una mañana de domingo divertida en casa de mi hermana. Un buen desayuno, como para no comer en tres dias. De regreso a casa, con mi madre sentada al lado mio, pasamos por el cementerio donde se enterró a mi abuela. Aunque está a medio camino entre mi casa y la casa de mi hermana, me doy cuenta que no hé ido a visitar la tumba. Le pregunto a mi madre si quiere ir a visitar la tumba y me responde que sí.
Doy la vuelta a la izquierda y en la siguiente entrada, también a la izquierda, veo que la enorme reja se encuentra abierta para que todos los que quieran venir puedan entrar. Una vez dentro del cementerio, doblo en la primera esquina a la derecha. La planicie es inmensa, no hay árboles, sólo césped marchito por el frio del invierno y barro sobre algunas superficies porque la última nevada ya se derritió. Veo en la misma cuadra donde se encuentra mi abuela a dos hombres que dejan flores sobre una tumba. Estaciono y bajamos.
Me acerco y leo la lápida, veo un par de ramos de flores marchitos. Se supone que soy fuerte, pero se me hace un nudo en la garganta, las lágrimas me brotan y el rostro de mi abuela se fija en mi mente y la escucho hablarme como ella solía, aliviando mis angustias, consolando mis penas, chismeando de alguien. Doy la media vuelta y me meto en el carro que está estacionado a tres pasos atrás mío. Escucho a mi madre sollozar y no salgo para abrazarla y brindarle consuelo. Me quedo con la cabeza inclinada sobre el timón. Espero que ella también regrese pronto al carro y emprendemos el camino en silencio. "Voy a comprar flores la próxima semana", le digo. "Vivo muy cerca como para dejarla sin flores", no sé de dónde me salen las palabras, siempre hé criticado la costumbre. No miro a mi madre ni de reojo. Volvemos al silencio. Empezamos a hablar de otras cosas, de nuestras vidas, de los planes para el cine con mi sobrina. La imagen de la abuela baja de mi mente y se apodera de mi corazón. Te quiero abuela!
Hoy dia recibo la llamada de un tio. Me invita a la misa por recordar un año del fallecimiento de la abuela. El tiempo pasa rápido!
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