sábado, noviembre 14, 2009

El iraquí

Lo conocí como un estudiante tratando de obtener una licencia de Asistente de Médico, pero me sorprendió su conocimiento. No tenía realmente que asistir a ninguna clase ya que él mismo es medico, graduado en la ciudad de Baghdad.

Shiita fiel, desde pequeño sintió la opresión de los Sunis en el poder agresivo de Saddham Hussein contra los suyos. Su padre, hombre de pensamientos democráticos y un liberalismo extraño, enmarcado en la rigidez del Islam, se opuso férreamente a la guerra Iran-Irak. Para sobrevivir tuvo que exilarse en Turquia y dejar a su único hijo de dos años y medio en las manos de su madre, bajo la tutela de su padre.

Creció bajo la sombra del abuelo, hombre campesino que trabajó hasta 18 horas al dia para dar educación al hijo que primero fué policia y luego abogado. No permitió que ninguno de sus hijos trabajara la tierra, a todos les dió educación y motivó poner a su familia en una clase media.

Sufrió la visita de los soldados de Saddam Hussein al ser hijo de un disidente. Los tios, el abuelo, en general toda la familia sintió el peso del gobierno sobre ellos, que realmente los oprimía, pero no perdieron las esperanzas. Como muchacho, entusiasmado, estuvo en la frontera con Kwait dando la bienvenida al ejercito americano cuando liberaron al pais de la invasión de Saddam Hussein. Soñaba con la liberación de la tiranía eterna de Hussein mientras asistía a la escuela de medicina. Hacia sus oraciones cinco veces al dia y seguía los consejos del Imam al pie de la letra. Volvió a dar la bienvenida al ejercito americano cuando llegaron a buscar armas de destruccion masiva. El cree firmemente que sí las hubo, pero que no sabe dónde desaparecieron. Se regocijó en la desaparición de Saddam Hussein y en el reencuentro con ése extraño al que debe llamar "padre" y nunca conoció ni vió en los últimos 21 años. Su padre real es su abuelo; con éste nuevo "padre" tiene una buena relación de amigo, quizás hermano, porque encuentra que piensan muy similar. Los crió el mismo hombre.

Su padre se unió a la oposición, bajo la bendición del ejercito americano. Entró activamente en politica y es asesor al Ministro del Interior. El mismo, luego de su graduación como médico tuvo un puesto importante en el hospital de Baghdad. El se recuerda yendo a trabajar con una escolta de 10 hombres de seguridad. En una ciudad tan alterada, con resentimientos internos, siendo shiita, se convirtió en un blanco viviente. La madre despertaba todos los dias llorando por las pesadillas de la noche anterior donde una bomba hacía volar en mil pedazos al único hijo. Rogó, y rogó, como solamente una madre puede rogar. Lo exilaron en Jordania, donde estuvo 8 meses, lo hicieron volar a Alemania donde estuvo por un año, de transito hacia USA.

Se encuentra ahora viviendo el sueño americano, sin trabajo, sin lograr que su carrera de médico sea reconocida, haciendo trabajo voluntario, no pagado, buscando obtener una licencia como Asistente Médico, con llamadas telefónicas diarias de parte de sus padre, aconsejando que no coma nada que no haya sido preparado de acuerdo a las mas estrictas normas musulmanas (hay pocos de esos restaurantes en el área, él mismo tiene que cocinarse, y no acercarse a McDonalds, ni Kentucky Fried Chicken, ni similares), que no tenga sexo con nadie, ni se masturbe (ya tiene 29 años), pero él mismo confiesa que hace dos meses tuvo sexo con una amiga que lo libera de sus angustias de vez en cuando, subterráneamente, sin que nadie se entere. Su madre le pregunta sobre quién le lava la ropa, si él mismo se la plancha probablemente no esté bien planchada. Llora de pensar que no puede ayudarlo, y no puede venir porque no quiere abandonar al esposo. Como una alternativa pensó asimilarse al ejercito, pero los padres se lo han prohibido. A miles de kilometros de distancia debe obedecer y respetar las decisiones de sus mayores.

2 comentarios:

Nacho dijo...

Una biografía curiosa.Anclada en sus tradiciones y viviendo en el país de la atlética democracia.Una ambigüedad manifiesta en un desgarro interior,a veces, muy difícil de superar.Su relato acerca de su única por comentada relación sexual y su rechazo a la masturbación son altamente significativas, en otras palabras entre el signo, y el símbolo, entre lo manifestado y lo dicho, existen o pueden existir grandes diferencias.Un saludo

Peter Camenzid dijo...

Me gusta tu psicoanalisis. Eres un buen profesional en tu rama