Victoria!

Nerviosamente, con un amigo que llegó de visita del Hemisferio Sur, mientras comía un calzone de espinacas y tomaba un vaso de root beer helada, miraba la pantalla del televisor mientras iban dando los resultados a boca de urna. Kentucky dió sus asientos electorales a McCain y Vermont se los otorgó a Obama. Los dos primeros estados en dar resultados.

Poco a poco los asientos electorales se fueron sumando para llegar a la magica suma de 270 que nos diría quién sería el 44 Presidente de los Estados Unidos de Norte America. Ohio, votó demócrata después de muchos años. Virginia hizo lo mismo. Cuando la suma llego a 190 para Obama y 143 para McCain, cerraron el restaurante y el regreso a casa traté de hacerlo rápido para seguir viendo como se desenvolvían las cosas.

En casa encontré que Barack ya estaba en 290 y era proclamado nuevo Presidente Electo de los Estados Unidos. Me embargó una emoción enorme. Al ver la celebración expontanea en North West de Washington DC y los muchos que se congregaron frente a la Casa Blanca para pedir la cabeza de Bush, me dió ganas de ir a sumarme con los celebrantes. No solamente se celebró en DC, también en San Francisco, Los Angeles, Nueva York, y otras ciudades. El pueblo salió a las calles para celebrar libertad! Nuevamente se respira libertad en la tierra. Una nueva toma de la Bastilla en pleno siglo XXI. Espero que la guillotina cumpla su deber.

Escuché a McCain, y me apenó que no hizo nada para corregir a su gente en su conducta poco generosa. Esperé hasta la medianoche para ver y escuchar a Barack, y unirme emocionalmente al medio millon de personas que lo esperaron en la Gran Plaza de Chicago. Lo escuché decir que debemos tener esperanza en nuestros espíritus de la misma manera que respirar para nuestros cuerpos. Lo escuché decir que no se trata de"blancos y negros, ricos y pobres, inmigrantes y nacionales, físicamente aptos é invalidos; simplemente somos los ESTADOS UNIDOS de America". Mi llanto acompañó el de miles otros, el del reverendo, el de Oprah.