En la antigüedad
clásica escritores
como Heródoto, Platón, Jenofonte, Ateneo y muchos otros exploraron los aspectos
del amor homosexual en la Antigua Grecia. La
más extendida forma de relación sexual homosexual se daba entre hombres adultos
y chicos adolescentes, conocida como pederastia. No está claro cómo se
veían las relaciones entre mujeres en la sociedad, pero existen ejemplos
tan antiguos como el de Safo de Lesbos.
La forma más común de relaciones sexuales
entre hombres en Grecia era la paiderastia,
combinación de dos vocablos griegos: παιδ- (raíz de
παῖς, παιδός, 'niño' o 'muchacho') y ἐραστής (erastēs, 'amante'; cf. erotismo). De este término,
que significaba 'amor de niño', proviene la palabra pederastia. La pederastia, tal
como se entendía en la antigua Grecia, era una relación entre un hombre mayor y
un joven adolescente. En Atenas el hombre mayor era llamado erastés y se encargaba de
educar, proteger, amar y dar ejemplo a su amado. El joven era llamado erómeno y su retribución al
amante era su belleza, juventud y compromiso.
Existían elaborados protocolos sociales para
proteger a los jóvenes del deshonor asociado a ser penetrado. Se esperaba que
el erómeno respetara y honrara al erastés, pero no que lo deseara sexualmente.
Aunque ser cortejado por un hombre mayor era prácticamente una prueba de
hombría para los jóvenes, un joven con deseo sexual recíproco para con su
erastés debía afrontar un estigma social considerable.
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