Las opiniones islámicas sobre la homosexualidad son tan variadas como las de las otras
religiones mayoritarias y han sufrido modificaciones a lo largo de la Historia.
El Corán y el Hadiz contienen condenas expresas de los actos sexuales entre personas del mismo sexo. Dos suras citan la historia del "pueblo de Lot" (también
conocidos como sodomitas),
quienes fueron destruidos por participar en actos homosexuales. El castigo
legal para la sodomía ha ido
cambiando según las escuelas jurídicas: algunas prescriben la pena capital,
mientras que otras prescriben un castigo discrecional menor. La homosexualidad
es considerada un delito y está prohibida en la mayoría de países islámicos, como en Arabia Saudí o Irán. En algunos países
islámicos relativamente seculares o multi-religiosos como Argelia, Túnez, Indonesia o Turquía hay más
tolerancia.
A pesar de esto, la temática homoerótica ha estado
muy presente en la literatura clásica del mundo árabe e islámico. En la poesía
árabe clásica se celebra muy a menudo el amor masculino, siendo más frecuente
que las expresiones de atracción a las mujeres. Algunos de los más importantes poetas
árabes, como Abu Nuwas, fueron
abiertamente homosexuales. Las mil y una
noches, el ejemplo más conocido de
la literatura popular árabe medieval, abunda en referencias al amor homosexual:
"me
parece ¡oh jeque!, que eres de los que prefieren los jovenzuelos a las
mujeres". Mi amigo sonrió, y dijo: "¡Así es!" Ella preguntó:
"¿Y por qué? ¡oh jeque!" [...] "me concederás, ¡oh mi señora!
que nada en la mujer puede compararse a las perfecciones de un joven hermoso, a
su talle flexible, a la finura de sus miembros, al conjunto de colores tiernos
que hay en sus mejillas, a la gentileza de su sonrisa y al encanto de su voz. Por
cierto que para ponernos en guardia contra una cosa tan evidente, nos dice el
propio Profeta: “¡No
prolonguéis vuestras miradas sobre los mozuelos sin barba, porque tienen ojos
más tentadores que los de las huríes!”
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