sábado, noviembre 20, 2010

Lunes


Sali a la lavanderia y pasé al frente, a la tienda de pinturas para buscar un color que quede con las molduras de la sala, quiero que ya dejen de ser blancas. Te vi, te saludé y me ignoraste. Estabas dentro del grupo que diariamente se para alli en busca de trabajo. Recuerdo que nos conocimos en el mercado, haciendo compras, cruzamos palabras, en la caja ofreciste ayudarme con las bolsas. Las pusiste en la camioneta, te invité a casa y aceptaste. Luego de conversar y ver TV disfrutamos plenamente el uno del otro. Tu juventud extraordinaria. El momento maravilloso.
Mientras buscaba el spray adecuado pensaba que quizás no eras la persona. De repente, alguien que se parece a ti. Demasiado bien parecido! Al salir, volví a pasar por donde te encontrabas, ésta vez fuí yo quien mantuvo la mirada al frente y no busqué tus ojos para comprobar si realmente eras tú. Salimos a pasear y comer entonces y me contaste como tu negocio de instalación de cable de TV se había ido por la borda con el problema de la economía. Quedamos en volvernos a ver...Cambié de compañia y tuve que devolverles el telefono celular. Probablemente me llamaste...
Me fui al sauna y de regreso a casa, te veo caminando por una avenida diferente a donde te encontré en la mañana. Estaciono, cerca de por donde vas a pasar. Los minutos se hacen lentos, bajo la ventana de mi carro, te llamo, vienes, nos saludamos. Recuerdas mi nombre y me dices que llamaste, que fuí yo quien no contesté (bendita sea! devolví el teléfono y tengo un nuevo número, mío, no de la compañia). Me cuentas que estás sin trabajo, que te detuvieron por manejar sin licencia de conducir, que vives en un departamento diferente, cerca a donde nos encontramos. Ofrezco llevarte, subes al carro. Han pasado tantos meses! y en un sólo dia te encuentro dos veces en dos sitios diferentes! A veces la vida juega así con los mortales.
Te invito a casa, declinas la invitación porque tienes cosas que hacer hoy. Ofreces llamarme...

No hay comentarios.: