Soy ávido consumidor del "deep fried" Chino. Siempre que puedo, voy a un restaurant oriental y pido deep fried pork, que tiene algún parentesco con el chicharrón latinoame-ricano, pero definitivamente en otra liga. "Empanado" en sal, con especies orientales, algo picante, lo suficiente para sentirlo apetecible y tajado en filetes de mediano grosor. También soy fanático del deep fried seafood, y aquí si que me encuentro con la cruda realidad, la famosa "jalea" peruana es solamente una adaptación criolla de éste deleite culinario chino. Con los mismos condimentos anteriores, empanados de la misma manera y con el picante apropiado, uno a uno se disfrutan los camarones, el calamar, los ostiones que forman parte del plato. No tengo remordimientos ni cargos de conciencia con ninguno de los dos platos y los consumo con más frecuencia de lo que el sentido común y las reglas de salud puedan imponer.
El jueves, Dia de Accion de Gracias, embarqué con mis padres a celebrarlo en familia con el resto de mis hermanos. Poco esperé que el plato central fuera Deep Fried Turkey. Usualmente cuando horneo un pavo de 25 libras puede tomar alrededor de 6 horas. Esta vez, el pavo fué sumergido en aceite a 350 grados en una olla especial destinada a éstos menesteres y en una hora y veinte minutos estuvo listo. Crocante por fuera, jugoso por dentro, el mejor pavo que haya comido en mi vida! Usualmente lo que no se come del pavo se reserva para preparar, al dia siguiente, una sopa de cilantro a la que llamamos aguadito. Siempre queda mas de medio pavo en una celebración de éste tipo. Esta vez, no quedó nada. Parecíamos carroñeros limpiando huesos. Navidad pide una repetición delplato
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