No hé escrito nada durante un buen tiempo, y hay mucho que contar. Probablemente no pueda recordar detalles con precisión, pero pondré mi mejor esfuerzo.
Recibí una llamada telefónica y luego un mensaje de texto de Ehsi. El se fué a vivir a California, huyendo del clima de la costa nor-este, especialmente durante el invierno. Su vida en Persia, y durante su auto-exilio en Turquía por dos años no son nada parecido, en cuanto a clima, a lo que vivimos en ésta zona; aunque el calentamiento global nos ha cambiado por completo a lo que estábamos acostumbrados. El año pasado hemos tenido un invierno bastante leve y en abril hemos visto nevar y temperaturas de 40 grados Farenheit. Decía que Ehsi me envió un mensaje donde me anunciaba que las cosas le fueron mal en San Francisco y había decidido regresar. Me pedía ayuda para tenerlo en casa. No puse objeciones, inmediatamente dije que si.
Compartimos la cama por 2 meses, fuimos al mercado juntos, y hacíamos limpieza y lavado de ropa. Volví a sentirme en una relación y en un principio me agradó. Sin embargo, en algún punto me sentí que tenía cortada mi independencia, que mis cajones no me pertenecían. Me enseñó que es mejor beber agua alcalinizada, y buscábamos la que viene con pH 9.5, ensaladas en las noches, salidas fuera de la ciudad los fines de semana, ambiente muy hogareño, pero comprendí que me gusta la libertad. El problema no es en la otra persona. El problema es mío. Me gusta disfrutar de mi independencia, de llegar a casa a la hora que quiera, no tener a nadie esperándome. Creo que lo intuyó. Me dijo que regresaba a San Francisco a terminar de vender una par de Audis que dejó en la ciudad. En cuanto juntara el dinero estaría nuevamente conmigo.
Ha pasado más de un mes desde que partió, se ha comunicado exactamente como le dije que lo haga, semanalmente. No me siento muy entusiasta de tenerlo de regreso, y no he sentido la ansiedad de una ausencia.
lunes, abril 30, 2012
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