
Hay una diferencia 12 veces mayor entre las declaraciones originales y las nuevas dadas por los ejecutivos en el Congreso. Hay paranoia en los habitantes de las ciudades costeras al ver avanzar la mancha de petroleo sobre sus costas. No se trata de la contaminación de la vida marina simplemente. Para ser prácticos, se trata de ver en peligro sus trabajos, su forma de vida, incluyendo la industria del turismo (hoteles y restaurantes que ya ven canceladas sus reservas) y los barcos pesqueros, de cangrejos y ostras.
Se dice que la marea negra ya ha llegado a las costas de las islas Chandeleur, al frente de Louisiana, y que se encuentra cerca a la desembocadura del Mississipi. Se han desenterrado recuerdos de las mentes de los pobladores, cuando en 1998 el olor del petroleo derramado por un tanque cisterna envió a 170 personas al hospital acusando nausea, mareo, dolor de cabeza y un costo aproximadamente de $100,000 en gastos médicos relacionados con el caso.
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